domingo, 24 de julio de 2016

23 de Julio - Año Nuevo Shótico

En colaboración con Celebraciones en la Red, celebramos juntos el año nuevo Shótico
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Aunque esta fecha no tenga trascendencia alguna en nuestro calendario, es importante reseñalarla por la importancia que poseía un una cultura de la que se nutren muchas de las corrientes ocultistas actuales: la tradición egipcia.
Para los antiguos egipcios, la estrella más brillante, Sirio, era objeto de una muy especial veneración, formando parte de sus misterios iniciáticos.
Pero su valor no era solamente por si mismo, sino que marcaba un punto en el año en el que, coincidiendo con ciertas posiciones astronómicas de Sirio, las aguas del Nilo se desbordan, regando las tierras y cubriéndolas de limo negro, lo que daba como resultado su fertilización. De ahí que Egipto fuera llamado Al Lam, ``la tierra negra´´. De hecho al parecer, de este vocablo derivaría la expresión ``Al Kym-yah´´, término que designaría el arte místico de la transmutación, con el que volveremos a encontrarnos.
Así, el desbordamiento del Nilo era recibido con regocijo e iniciaba el ciclo de fertilización y crecimiento de las cosechas. Leemos al respecto The Golden Brough, de James Frazer.

``La señal del crecimiento del río en la tierra se acompañaba de una señal correspondiente en el cielo, pues en los primeros tiempos de la historia egipcia, unos cuatro o cinco mil años antes de nuestra era, la espléndida Sirio, la más brillante de las estrellas fijas, aparecía por Oriente al amanecer, momentos antes de la salida del Sol, en las proximidades del solsticio de verano, cuando el Nilo comenzaba a engrosar. Los egipcios la llamaban Shotis, considerándola la estrella de Isis, de la misma manera que los babilonios consideraban el planeta Venus como estrella de Astarté. Al parecer ambos pueblos juzgaron la brillante luminaria en el cielo mañanero como la Diosa de la vida y el amor´´.

Sirio marcaba esta fecha en el 23 de julio, y así fue como esta fecha pasó a considerarse sagrada y a marcar el inicio del año y de un calendario que tenía Shotis como base.

Muchas construcciones Egipcias, entre ellas la gran pirámide de Keops (el corredor central) apuntaban hacia el punto en el cielo en el que se encuentra Sirio en ese día, en el instante de su aparición helíaca (con el Sol).

Sothis se relacionaba con la Virgen Negra, Isis, que representaba a la madre natura y a los cultos de fertilidad, lo que remarca su valoración como signo de renovación del la naturaleza. El negro de Isis se asociaría al color del limo fertilizador. Parece ser que esta asociación del negro y la madre fertilizadora dio origen a la representación de la misma en forma de estatuas negras, la mayor parte de ellas portadoras de un niño (el niño Dios Sol) en brazos y de una bola.  Estas figuras serían posteriormente  cristianizadas, convirtiéndose en las misteriosas ``Vírgenes Negras´´, todas ellas ``encontradas´´ en lugares de culto a la Gran Madre (cuevas, fuentes o árboles huecos). 






En un texto de The Magical Revival, Kenneth Grant nos habla del valor de Sirio como señalizador del tiempo:
``Los primeros cálculos del tiempo se centraban en la revolución de la serpiente (Draco) al rededor de la estrella-perro´´

Sirio fue llamada ``estrella-perro´´, y de ahí que el periodo que comienza el 23 de julio y termina en 8 de septiembre se le llame ``los días del perro´´. También volveremos a encontrarnos con este símbolo y con su vinculación a Sirio cuando revisemos el modo en que estos mitos han influido en la tradición cristiana, aunque en nuestra cultura aparecen como una amalgamación de símbolos no muy clara y vinculada aparentemente más al celtismo.

Rober Antos Wilson,en El Secreto final de los Iluminados, comienza este particular:

``Las celebraciones de la estrella del Can Mayor, Sirio, que se inician el 23 de Julio, son el origen de la expresión ``los días del perro´´, significando los días del 23 de julio al 8 septiembre, cuando se realizaban los últimos ritos dedicados a Sirio´´.





Así pues, el 23 de julio, fecha fundamental de fertilización de las tierras para los egipcios, marca en su tradición el día en que se abren ciertas ventanas del Cosmos para dejar fluir misteriosas corrientes entre la tierra y Sirio, siendo por tanto el momento en que los lazos entre ambas resultan más fuertes, representando tales poderosas corrientes de gran influencia en el sendero de la iniciación. Rober K.G. Temple, en El Misterio de Sirio, incide en la importancia de Sirio para los egipcios, y su nexo de unión con la Diosa de la iniciación y los misterios, Isis:

``...A los egipcios les preocupaba tanto Sirio, la estrella cuya ascensión formaba la base de todo su calendario, que al decán que la precedía inmediatamente lo llamaban el adelantado de Sirio... a la Estrella Sirio la identificaban con la famosa diosa Isis, jefa del panteón egipcio´´.





Probablemente pueda ser de interés para los investigadores el recurrir a obras como Las Vírgenes negras, o El Misterio de Sirio para profundizar el significado esotérico de esta fecha, hacerlo aquí estaría más allá de nuestra intención.
Los que sí podemos señalar es esa curiosa asociación con la vírgenes negras y el misterio alquímico teniendo en cuenta que Isis es el símbolo de la Gran Madre y que estaba vinculada a la transmutación y a la iniciación tanto como a la fertilidad.

Lo que probablemente no pasará inadvertido a nuestros lectores es la coincidencia de esta festividad con la festividad cristiana de San Jaime, el apóstol que ha sido relacionado con el Camino de Santiago de Compostela, una ruta mística e iniciática como pocas. Lo que quizá no sepan nuestros lectores es que el camino de Santiago no es en realidad cristiano, como no es Santiago quien se halla en la supuesta tumba del apóstol, sino celta, correspondiendo a una de las rutas iniciáticas celtas más importante, consagrada al dios Lug, Dios de la Sabiduría.
Ya Canseleit, el alquimista discípulo de Fulcanelli, indica que encontró la iniciación, la clave de la Gran Obra, en el Camino de Santiago, y eso debiera hacernos pensar profundamente. De pronto, encontramos una correlación curiosa entre el día de Al-Kem y la búsqueda de Al-kymyah. ¿Sólo una curiosa coincidencia?

Lo cierto es que hay más.

Para empezar, Santiago es en realidad una cristianización de San-Iaco. De hecho, el nombre de Santiago es intercambiable por Jaime o ``Jacques´´... o más bien ``Iachus´´, Iaco es uno de los nombres dados a Dionisos como Dios de la iniciación.
Al resurgir de la muerte Dionisos  es denominado ``Iaco´´, la ``estrella de la mañana´´, tal como indico en mi libro Lucifer, símbolo oculto de la iniciación. (buen campo de consulta de estas asociaciones).





RITUAL


OBJETIVO:  puesto que la asociación de esta fecha es de estilo iniciático, vamos a plantearnos un ritual sencillo para favorecer nuestro crecimiento espiritual y definir nuestro camino hacia la transmutación y la Gran Obra, dejando claro que sólo adquiriremos un compromiso, el camino no se puede desenvolver con rituales sino trbajando en sí mismo.

Materiales: tres o seis cintas de distinto color. Un palo o varita. Una vela e incienso.
Celebración:
Al amanecer
Tome las cintas y átelas al palo.
Encienda la vela y el incienso diciendo:

Que esta luz sea símbolo de mi propia luz interior, ardiendo en la búsqueda de mi propia senda espiritual.

Comience a trenzar las cintas, pensando en el complicado y largo proceso de su propia transmutación, meditando en sus aspiraciones espirituales. Hecho esto, pronunciaremos una breve oración de creación propia, pidiendo ayuda a nuestro sendero y afirmando que trataremos de movernos combinando los senderos gemelos del conocimiento, el poder y el amor, equilibrando uno con otro y afirmando:

No sucumbiré al deseo si no es sustentado por la luz de la razón y la fuerza del amor hacia lo deseado y a mí mismo.
No sucumbiré a la razón fría sin templarla con el fuego del entusiasmo y la ternura del sentimiento.
No sucumbiré al sentimiento sino  soy capaz de avivar constantemente la llama del crecimiento y la comprensión mental de cuanto implica y qué aprendizaje representa para mí.
Pido a las fuerzas sagradas que me guíen para que el fanatismo, la pasión desbordada o el sentimiento caótico no obstaculicen mi senda hacia la transmutación.



Hecho todo esto, ataremos las puntas de la cinta, para que no se deshaga.  Sacaremos las puntas atadas al palo y las ataremos también y, luego, colgaremos la cinta en un lugar fácilmente visible, para que nos recuerde nuestro camino interior cada vez que la veamos.

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